El peloteo de tres desató la revuelta en la Comisión Estatal para la Atención y Protección de los Periodistas (CEAPP).
Un mes cumplía de instalado el pleno cuando los nuevos comisionados (algunos muy vetustos periodistas) cometieron la gran pifia, la del ya multicitado boletín en el que exhortaban a todas y todos los comunicadores de Veracruz a tener un comportamiento ético y profesional “en su vida pública y privada […]”.
Los enterados cuentan que luego del “incidente en el que se vio envuelta una comunicadora” (así dice el comunicado), solo dos de los nueve comisionados conocieron de la redacción del documento, y una tercera más “ajena” a la Comisión, la directora de prensa del gobierno veracruzano, Adriana Muñoz Cabrera.
Con la iniciativa del secretario ejecutivo Tulio Moreno Alvarado y del presidente Luis Orencio Ramírez Baqueiro, y el visto bueno de la funcionaria estatal, el boletín fue divulgado y entonces el malestar del resto del pleno se desbordó.
Ahora la torpeza de ese par, y solapamiento de la tercera, trae de cabeza a la CEAPP, molestos al resto de los comisionados, tanto que ahí adentro parece una auténtica rebelión en la granja.
Hacia fuera la cosa está peor con reporteros y fotógrafos que ven con buenos ojos la desaparición de ese organismo que ni los escucha ni los representa.
