En el Ayuntamiento de Xalapa, la administración parece navegar sin rumbo claro. El alcalde Alberto Islas Reyes, quien asumió el cargo en diciembre de 2024 tras la salida de Ricardo Ahued Bardahuil, ha mantenido un perfil discreto y una política de puertas abiertas, según lo expresado durante su toma de protesta.
Sin embargo, en la práctica, esta apertura se ha traducido en una falta de liderazgo efectivo.
Los integrantes del Cabildo, funcionarios y liderazgos sindicales actúan con autonomía, tomando decisiones políticas sin una coordinación centralizada.
La ausencia de una dirección firme ha llevado a que cada quien opere por su cuenta, dejando de lado el servicio público y priorizando agendas personales.
La gestión municipal requiere de una conducción clara y decidida para enfrentar los desafíos de la ciudad. La falta de cohesión y dirección en el gobierno local de Xalapa es una señal de alarma que no debe ser ignorada.