La feria del hielo y las escamas en Xalapa #fotos

Xalapa, Veracruz. El mercado de pescados y mariscos en el que se convierta la calle Revolución de Xalapa no necesita guion ni escenografía. Cada Jueves Santo es una coreografía espontánea donde comerciantes y consumidores interpretan una tradición que huele a tilapia, camarón y sudor.

Los fileteros —con sus delantales curtidos de escamas y sangre— trabajan al ritmo de los cuchillos que no se detienen. Atrás de ellos, montañas de cajas rojas, azules y verdes dan la impresión de un muro improvisado para contener la marea de clientes que va y viene. “¡A cómo la mojarra, jefe!” se escucha entre risas, empujones y el golpeteo constante del hielo cayendo al piso.

Es un ritual sin liturgia. Aquí no hay incienso, pero sí vapores intensos que mezclan sal con sol.

Un niño señala una cabeza de pescado con ojos de plato y su madre lo jala con firmeza. “Eso no se toca”. Y no, no se toca: se compra o se regatea.

Los precios no son baratos, pero tampoco imposibles. Para muchos, es el único día del año en que se permite el lujo del mar o del río en la mesa. Y por eso el esfuerzo vale: entre tilapias, sierra y mojarra, se entreteje también la memoria de las abuelas que guisaban en cazuela grande y con paciencia.

En este mercado de Xalapa, el pescado no solo se come: se observa, se elige, se presume.

Es un espectáculo de vida urbana que resiste al supermercado y al aire acondicionado.

Aquí, la Semana Santa es también un carnaval de hielo y escamas. Una postal que, por fortuna, se repite cada año.

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