La Cuarta Transformación presume justicia social y dignidad para el pueblo, pero en Veracruz, la Secretaría de Cultura parece haberlo entendido al revés: invitaron a artesanos al puerto y los dejaron durmiendo en el suelo del Centro Cultural Atarazanas, de acuerdo con la revelación en video del reportero Wilber Vázquez.
Sí, la misma dependencia encargada de promover el arte y las tradiciones los trató peor que a turistas en un aeropuerto varado. Los convocaron a promover su artesanía del 14 al 16 de febrero, les hicieron el favor de permitirles participar y, cuando llegaron, no hubo camas, no hubo cuartos, no hubo nada.
Mientras los artesanos se acomodaban como podían en el piso, los funcionarios seguramente descansaban en hoteles con aire acondicionado y servicio a la habitación, porque la austeridad republicana es solo para los de abajo.
Esto no es un error logístico, es un acto de desprecio y negligencia. La secretaria de Cultura Xóchilt Molina González debería estar dando explicaciones y asumiendo consecuencias, pero hasta ahora, el silencio reina.
La pregunta obligada a la gobernadora Rocío Nahle sería simple: ¿piensa sancionar este abuso o lo dejará pasar como un simple “detalle organizativo”?
El trato a los artesanos no solo es indigno, es una vergüenza. Y si en Palacio de Gobierno siguen mirando para otro lado, entonces el mensaje es claro: aquí la cultura importa… pero solo cuando hay reflectores.