En Veracruz hay operadores políticos que ganan elecciones y hay otros que solo las operan… mal. David Jiménez Rojas pertenece a este último grupo.
Desde que llegó al estado en 2017 —como responsable de brigadas de promoción del voto de Morena en Papantla— no ha hecho otra cosa que acumular derrotas. Aquel año el PRD se llevó la alcaldía. Y ese fue apenas el inicio de una carrera política que ha crecido más por cercanías que por resultados.
En 2018, con el triunfo de Cuitláhuac García, fue premiado como director del Registro Público de la Propiedad. Salió en 2019 entre señalamientos, y en 2020 encontró refugio bajo el ala de Esteban Ramírez Zepeta, quien lo colocó como representante de Morena ante el OPLE.
Desde entonces, Jiménez Rojas se volvió una figura activa en los márgenes del proceso electoral, más hábil para el acomodo que para el resultado.
Pero su momento “estelar” llegó este 2025. Desde su silla en el Instituto Veracruzano de Acceso a la Información (IVAI), donde funge como comisionado presidente desde 2023, no se resistió a meter las manos en la elección. En los días previos al arranque de campaña, sostuvo reuniones en Boca del Río junto a José Luis Peña Peña, esposo de la gobernadora Rocío Nahle, con operadores estatales encargados de impulsar a Bertha Ahued Malpica, la candidata de Morena en ese municipio.
El resultado fue contundente: derrota electoral. Otra más en su expediente. Como en 2017, David Jiménez Rojas volvió a entregar saldos negativos, esta vez en uno de los municipios más observados del estado. Su estilo es el de siempre: prometer operación política, presumir acceso al poder, intervenir sin responsabilidad y fracasar sin consecuencias. Vende humo.
Durante la semana posterior a la jornada del 1 de junio, su nombre volvió a circular entre estructuras políticas. Se le señala de incidir en actos de tensión en diversos OPLE municipales —como Poza Rica y Papantla— donde hubo vandalismo, irrupciones y traslado forzado de cómputos a Xalapa.
Según denuncias públicas de Movimiento Ciudadano y su dirigente nacional, Jorge Álvarez Máynez, el objetivo era claro: reventar los consejos municipales para manipular los resultados en la capital.
Pero ni así. Hasta el mediodía de este domingo 8 de junio, los cómputos apuntan a confirmar los datos del PREP: Movimiento Ciudadano retiene los triunfos, y el operativo político de David Jiménez Rojas fracasa, otra vez.
Su apuesta era la Fiscalía General del Estado. Se veía ahí, ya repartía posiciones, ya se movía con la familiaridad de quien se sabe respaldado por el entorno más íntimo del poder. Pero esa aduana se llamaba elección. Y la elección no pasó.
Ni él, ni su sostén político —Esteban Ramírez Zepeta, hoy también en desgracia— lograron mantener el control ni los resultados. El humo ya no alcanza para encubrir las derrotas. Y el callejón que parecía de acceso directo al poder, terminó sin salida.