Tlalnelhuayocan: ¿campaña con nómina?

En Tlalnelhuayocan no hay secretos, solo simulaciones mal hechas. Fanny Muñoz Alfonso está por concluir su gestión como alcaldesa y, en un giro que ya nadie ve con sorpresa, su cuñada María Emilia Nieto Miranda busca sucederla en la presidencia municipal… bajo las siglas de Morena, claro. La familia, al parecer, no se rompe: se adapta.

La historia del “divorcio político” para sortear impedimentos legales ya la contamos. Pero ahora surge una duda aún más espinosa: ¿está el aparato municipal jugando a favor de la candidata? No hay pruebas absolutas, pero sí indicios suficientes como para levantar la ceja.

Las dudas van más allá de los señalamientos y acusaciones propias de una campaña. Ahí están reportes oficiales que muestran que en Tlalnelhuayocan los recursos públicos no se cuidan escrupulosamente.

El informe de fiscalización 2023 del Órgano de Fiscalización Superior (ORFIS) lo dice sin rodeos: el Ayuntamiento de Tlalnelhuayocan aumentó en más de 130% el gasto en servicios personales.

Lo que debía costar casi 6 millones de pesos terminó costando más de 13.8 millones. ¿Cuántas plazas nuevas se crearon? ¿A quiénes se contrató? ¿A qué obedeció semejante desvío del presupuesto? Nadie ha explicado nada.

Y no se trata de una desviación menor. Se trata de una posible bolsa millonaria de recursos públicos sin control, sin justificación legal y, lo más delicado, en año preelectoral. ¿Puede la autoridad local asegurar que ese dinero no se está traduciendo en operación política disfrazada de nómina?

El informe del ORFIS también refleja abandono: abandono de obras, de la vigilancia medioambiental y de programas institucionales como los del Instituto Municipal de las Mujeres, que ni siquiera funciona como lo marca la ley. Y aún así, se gasta como si todo estuviera en orden.

Con estos datos, resulta poco creíble que desde el Ayuntamiento no se esté aceitando la maquinaria política para facilitar la continuidad familiar. Si la nómina creció, pero no creció la obra pública, ni la seguridad, ni los servicios, ¿a dónde se fue el dinero?

La respuesta tal vez esté en las calles de Tlalnelhuayocan, donde el descontento crece, donde se nota quién tiene el respaldo del poder municipal, y donde la ciudadanía empieza a preguntarse si votar por la cuñada es votar por más de lo mismo… pero sin el menor disimulo.

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