Por Fanny Yépez

El propósito de la política de cero tolerancia, es el de establecer aquellos actos deliberados que al ser realizados de manera voluntaria puedan ocasionar una fatalidad, una lesión grave o un impacto negativo a la seguridad de los pueblos, con base en estos, es el de fijar los procedimientos o protocolos disciplinarios para ser aplicados como medida correctivas.

En un panorama nacional donde la confianza ciudadana en la policía es crucial para la seguridad pública, la Policía Estatal de Veracruz enfrenta un desafío significativo. Según un análisis del Instituto Belisario Domínguez del Senado de la República, esta corporación se encuentra entre las diez menos confiables y efectivas del país, según la percepción ciudadana.

Por ello y más, la gobernadora de Veracruz Rocío Nahle García, anunció la separación y auditoría de más de 200 elementos de la Policía Estatal (SSP) como parte de la estrategia de seguridad implementada en los últimos cuatro meses, basada en el principio de Cero Tolerancia ante los malos elementos que se encontraban laborando al interior de la Secretaría de Seguridad Púbica (SSP).

Esta medida refleja que se está escuchando la legítima demanda de los ciudadanos y que está aplicando acciones para recuperar el nivel de confianza de los cuerpos policiacos.

Para generar confianza en nuestras instituciones, principalmente en la policía, se requieren acciones, congruencia y lo que este lunes puso en marcha la gobernadora Nahle, con el protocolo cero tolerancia.

Pero, además, no solamente se les ha dado de baja, sino que también están enfrentando algún proceso en su contra.

Con un procedimiento estricto se han estado realizando los exámenes de control y confianza a todos los policías estatales.

La gobernadora Rocío Nahle, destacó que estas acciones, en colaboración con las secretarías de la Defensa Nacional y Marina, así como la Guardia Nacional, buscan fortalecer las instituciones y garantizar la seguridad en el estado.

También es importante conocer qué tipo de capacitaciones reciben los elementos, los estímulos, el presupuesto con el que cuentan, entre otra información que pueda revelarse y que a los ciudadanos les inspire confianza. La sensación de seguridad en la ciudadanía está directamente vinculada al buen desempeño policial, desde la prontitud en la respuesta ante una llamada y los patrullajes, hasta las detenciones en flagrancia que efectúan y el estricto apego a los derechos humanos.

Las policías deben contar con apremios suficientes que se vuelvan antídoto contra actos de corrupción, que mantengan limpia la institución, siempre y cuando existan mecanismos externos de evaluación, control y vigilancia, integrado con expertos de la sociedad civil, con experiencia y conocimiento técnico, sensibles a las demandas ciudadanas y que no sean solo un instrumento que legitime su actuar.

Ahora han intensificado los operativos contra el narcomenudeo y la delincuencia organizada, además de atender delitos relacionados con riñas, conflictos personales y robo de ganado.

En cuanto al control de armas, la gobernadora dijo que tenerlas en casa puede originar que un altercado se convierta en homicidios.

Cabe destacar que, en el 2024, la percepción de inseguridad en Veracruz era de que el 34% de la población de 18 años y más consideraba que vivir en su colonia o localidad era inseguro.

En febrero de 2025, el Gobierno de Veracruz informó que el estado ocupa el lugar 22 en homicidios dolosos y el 25 en incidencia delictiva.

De acuerdo con los datos estadísticos de la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE) 2023, realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), se observa que la Policía Estatal de Veracruz se sitúa en la posición 27 de las 32 entidades federativas en términos de confianza ciudadana, alcanzando un 54.7 por ciento.

RESTAURAR LA CONFIANZA CIUDADANA

Es importante también que se efectúen encuestas periódicas, entrevistas entre ciudadanos y policías; con comunidades, asociaciones de colonos, para focalizar capacidades, estar sensibles a esas demandas y al quehacer para restaurar la confianza ciudadana. Nada será suficiente, habrá que acompañar esto con más recursos, nuevas y mejores leyes. Por supuesto que las organizaciones de la sociedad civil deben trabajar para garantizar la articulación de estos esfuerzos hasta alcanzar la verdadera transformación.

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