Por Luis Carlos Soto Rodríguez
En esta serie de escritos, esperando que sea mucho tiempo el que pueda compartir con ustedes mi visión, quiero plasmar ideas que desde hace muchos años he tenido sobre la realidad, las instituciones públicas y la visión de género, desde la perspectiva de un joven que, ha trabajado en estudiar y replantear su masculinidad, lo que me ha permitido encontrar un panorama sistemático de machismo en el servicio público.
Intentaré entonces, que estos documentos se lean como breves ensayos concatenados entre sí, que irán nutriendo los temas conforme las publicaciones se realicen, esperando sea del total agrado de las y los lectores, la línea discursiva y los temas que se abordarán.
No es nuevo este tema hablar sobre desigualdad, y debemos destacar a las grandes luchas feministas del siglo pasado, que a la fecha continúan, en la búsqueda de una mejor sociedad, a estos grandes y valiosos movimientos los ha denominado la historia como “luchas feministas”… yo le daría el reconocimiento de una revolución, aunque tal vez para muchos que escriben la historia no tenga tal magnitud.
Por otro lado, el estudio y análisis del papel, labor y entendimiento del hombre en la sociedad se le ha denominado generalmente “nuevas masculinidades”. Al respecto podríamos abordar sus críticas y argumentos a favor -específicamente del nombre- lo cual no es el sentido de este texto.
Entender que, tanto los feminismos, como las masculinidades, son elementos teóricos que indispensablemente se deben llevar a la práctica en el servicio público es fundamental, y responderé el porqué.
No podemos cerrar los ojos, y aceptar el problema es el primer paso, actualmente el sistema patriarcal hegemónico sigue vigente, y es responsabilidad, o por lo menos debería ser responsabilidad de todos y de todas, equilibrar la balanza, para una sociedad con equidad sustantiva.
Así, esta desigualdad es visible en muchos ámbitos y aspectos de la vida, en el deporte, el servicio público, el hogar, el noviazgo, la seguridad, la salud… pero, la razón por la que escribo, y por la que he intentado desde mi trinchera en diversos foros y espacios hablar sobre masculinidades y género, es porque tengo la firme convicción de que las cosas van a ser diferentes en el futuro.
Aquí, haré mención, en sentido de reconocimiento, a todas esas mujeres que han luchado incansablemente por una sociedad justa, y que gracias a ellas vemos muy diferente el panorama del pasado, aunque todavía no se elimina el problema, ya es más visible y ahora si existen mecanismos gubernamentales -a veces pocos, a veces insuficientes, y a veces con buenos resultados- que se enfocan en eliminar la brecha de género.
En este sentido, abordaré la problemática del machismo en las instituciones públicas, pues si bien requiere un cambio profundo, tengo la firme convicción de que es posible que tengamos, en algún momento, instituciones libres de prácticas patriarcales.
Al respecto, también me debo sentir privilegiado, que en mi centro de trabajo, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, se viven tiempos donde el papel institucional de la mujer es preponderante, y se han favorecido cambios que sin duda son vanguardistas en este proceso, por lo que, creo puedo hablar un poco también de las experiencias favorables que he visto, y que me generan una convicción aún más fuerte, de que las cosas pueden, y cambiarán.
Lo anterior, para nada es cosa fácil, y delimitarlo en los puntos en los que lo haré, implicaría minimizar el gran problema, pero los puntos que se enuncian a continuación sin duda deben favorecer en gran medida al ideal que tenemos muchos y muchas, de encontrar instituciones libres de machismos, y servirán de base para las próximas elaboraciones.
El primer paso para, efectivamente, desmantelar el machismo, debe ser que, al abordar cualquier acción, política interna o externa, y en general cualquier acto, sea necesariamente con un enfoque feminista y de masculinidades -diferente, claro, a tener mujeres y hombres que tomen las decisiones- el enfoque al que me refiero va más allá, y está relacionado con entender cómo las políticas y prácticas públicas afectan de manera diferente a mujeres y hombres, y diseñar soluciones que aborden las desigualdades existentes.
Además, como antesala de las directrices propuestas, es de vital importancia que los hombres entendamos que debemos de ser aliados activos en la lucha contra las conductas patriarcales y este sistema hegemónico, trabajar para modificar las dinámicas y entender que esto nos permitirá también liberarse de las expectativas dañinas que este modelo impone.
Así, propondré los siguientes puntos, intentando marcar guías para desmantelar el machismo institucional:
Políticas con enfoque feminista y de masculinidades; realizar actividades de capacitación constante, y efectiva; además, prevención de la violencia, con protocolos y mecanismos de denuncia efectivos; favorecer los liderazgos con conocimiento y compromiso con la equidad; paridad y empoderamiento de las mujeres en la toma de decisiones; realizar presupuestos y políticas públicas con enfoque de género, e incentivar la existencia de espacios de reflexión y de diálogo.
La construcción de un servicio público libre de machismos y con un enfoque feminista y de nuevas masculinidades es un camino largo, que requiere compromiso institucional y de todas las personas involucradas, pero no es una utopía – o personalmente me gustaría que no lo fuera- pero todos debemos servir como agentes de cambio.
Para terminar, quiero precisar que, no nos debemos pelear con el término feminismo, pues muchas veces en el discurso público y de redes sociales se puede establecer que este pensamiento irradia un odio hacia los hombres, creo que el primer paso es entender que el feminismo no busca eliminar a los hombres, sino que las mujeres vivan en igualdad sustantiva.
Mi reflexión es, que como agentes de cambio primero debemos entender que buscan los diferentes feminismos, y de esta manera, entender que no están combatiendo contra nosotros, están buscando esa sociedad tan justa e igualitaria que tanto queremos todos y todas….
Hasta la próxima semana.